- 26 de octubre de 2023
- Publicado por: caro
- Categoría: clientes
Decir Artiaga es hablar de calidad. A lo largo de casi 100 años, tres generaciones se comprometieron a desarrollar los mejores productos y a instalar una panadería artesanal en la vida de un barrio, el de Saavedra, en el norte de Capital Federal. Durante varias décadas, sus propietarios siempre eligieron el mobiliario de SAYOS y en la actualidad lucen nuestros distintos tipos de heladeras en sus dos sucursales, conocé su historia
Desde 1931
La historia familiar con Artiaga comenzó en 1931. Antonio Rodríguez llegó a Argentina escapando de la guerra civil española, se reencontró con su padre que trabajaba en el campo en el sur bonaerense y, luego de su fallecimiento, decidió seguir su vida en Capital Federal. Ya instalado, trabajó de mozo hasta que se asoció con otro español y adquirió la panadería que en aquel entonces estaba por cerrar sus puertas y hoy luce de manera radiante.
Con el tiempo, Antonio y su esposa Alba se quedaron con el total del negocio, que por supuesto mantuvo el nombre por tradición, y sus hijos fueron involucrándose, ya que la panadería era mucho más que su segunda casa. Graciela y su hermano Daniel tomaron el timón, pero fue ella quien finalmente se puso al frente del local que produce día a día los exquisitos sabores.
Los hermanos Artiaga
Graciela tuvo tres hijos, José (35 años), Juan (34) y Marisol (30) Alfonso, quienes literalmente se criaron en la sede central de Artiaga, en Zapiola al 4782.
Los hermanos Artiaga, José, Juan y Marisol
«Nacimos en la panadería y, al igual que lo hizo mi madre y mi tío, dormíamos en los canastos de mimbre. Por supuesto que las anécdotas se multiplican, desde armar guerras de pan duro hasta comernos los pedidos de los clientes» contó José al recordar su infancia en un lugar más que especial.
Los tres hermanos fueron creciendo y las responsabilidades en Artiaga comenzaron a ser cada vez más frecuentes en sus vidas. Durante la semana estudiaban, pero los sábados y domingos ayudaban con tareas menores.
«En nuestra adolescencia dejamos de lado cumpleaños, fiestas y relaciones con amigos, porque cuando ellos se preparaban para salir, nosotros nos íbamos a dormir para levantarnos temprano al otro día»
José Alfonso
La revolución de Artiaga
En tiempos diferentes, pero en lapsos de unos cuatro años, José, Juan y Marisol trabajaron en empresas multinacionales y adquirieron experiencias que luego volcaron en la tradicional panadería. Esa inyección de conocimientos y capacitaciones generó una revolución que comenzó en el 2013 y se afianzó dos años después, para llevar a Artiaga a alcanzar el prestigio que tiene hoy por hoy, a tal punto que en el 2022 abrieron la segunda sucursal, también ubicada en Saavedra pero en Ricardo Balbín al 4181.
«Somos muy fuertes en lo comercial, pero también en la producción. Por ejemplo, mi hermano Juan es un referente del mundo de la panadería y se metió en la elaboración con procesos, manuales y armando equipos. Le aportó a la gente de la vieja escuela conocimientos y ahora esas personas dejaron de lado lo que antes era un oficio para entender el uso de máquinas, variables de temperaturas, entre otros aspectos, hasta llegar a apasionarse por su trabajo» José
Panettone, la estrella internacional
En Artiaga, el fuerte es la factura, un producto popular argentino con buenas técnicas que siempre se mejora, mientras que la gran estrella internacional es el Panettone «Somos conocidos por eso. Más allá de ser un producto estacional, nosotros lo trabajamos todo el año. Mi hermano, Juan, hace años que representa al país en los campeonatos más prestigiosos del mundo, es el capitán del equipo nacional y ya obtuvo varias distinciones» repasó
La serie
Al ingresar al sitio web de Artiaga, un visitante se encuentra con la serie propia del local gastronómico, que también pone a los hermanos a la vanguardia en el rubro. A través de la plataforma YouTube, se puede conocer la historia de las tres generaciones en primera persona, resumida en diez capítulos y con un estilo de reality show.
Las heladeras de Sayos
SAYOS es parte de la vida de Artiaga, equipando desde hace años la sucursal de Zapiola y posteriormente la de Balbín. José Alonso destacó el vínculo especial y aseguró que «somos clientes desde que mi abuelo estaba al frente. A la primera reforma de la panadería la hizo él, después mi madre y nosotros ya vamos por la segunda, además de la sede inaugurada el año pasado«.
